sábado, 26 de junio de 2010

La ruptura de simetría tras el Big Bang fue la siembra del mundo

Estocolmo/Hamburgo, (dpa) - El Premio Nobel de Física 2008 fue otorgado por una explicación fundamental sobre la existencia de la humanidad: si las eyes de la naturaleza fueran perfectamente simétricas, no habría seres humanos, no habría Tierra, no habría estrellas. En realidad, el Universo carecería de materia.

La materia y antimateria se hubiesen anulado mutuamente después de la explosión inicial, el Big Bang. Por la investigación de las rupturas de simetría de la naturaleza, que entre otros permitieron la "supervivencia" de un pequeño sobrante de materia, el físico estadounidense Yoichiro Nambu comparte con sus colegas japoneses Makoto Kobayashi y Toshihide Maskawa el mayor premio de su disciplina.

Una ruptura de simetría semejante hizo posible que tras el Big Bang sobrara una única partícula de materia por cada alrededor de 10.000 millones de partículas de antimateria.

"Este sobrante de materia fue la siembra de todo nuestro Universo, que se llenó de galaxias, estrella y planetas, y por último de vida". Con estas palabras explicó hoy el Comité Nobel en Estocolmo la importancia fundamental de los trabajos premiados.

La ruptura de simetría que generó materia después del Big Bang es un hecho que aún no se comprende en su totalidad. Sin embargo, este tipo de rupturas de simetría tienen un papel también en otros ámbitos de la naturaleza.

Los físicos observaron este fenómeno en sus laboratorios ya en los años 60, pero no lo podían explicar. Kobayashi y Maskawa reconocieron en 1972 en la Universidad de Kyoto que las rupturas de simetría se podían integrar a la teoría vigente, en el caso de que existiera entre las partículas elementales, una tercera generación aún no descubierta de quarks.

Los quarks son los componentes más pequeños de los núcleos atómicos. En 1977 se halló el quark "bottom" y en 1994 finalmente el "top", el tercer par de quarks de la naturaleza.

Con la tercera generación de quarks descripta por los dos físicos japoneses se pudieron integrar las rupturas de simetría al Modelo Estándar, explicó Andrzej Jerzy Buras del Instituto de Física Teórica de la Universidad Técnica de Múnich, Alemania. "Eso funciona de manera fantástica".

El Modelo Estándar de nuestro mundo reúne las partículas elementales y tres de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza (la fuerza fuerte, la electromagnética y la débil; sólo queda por el momento excluida la gravedad).

También funciona bien, porque Yoichiro Nambu formuló la descripción matemática de las rupturas espontáneas de simetría en el mundo de las partículas elementales, que atraviesan en la actualidad del Modelo Estándar.

"Las rupturas espontáneas de simetría esconden el orden de la naturaleza debajo de una superficie desordenada", explicó el Comité Nobel e ilustró esto con el ejemplo de un lápiz, que está parado sobre uno de sus extremos: en cuanto cae para un lado se rompe la simetría y el orden se destruye.

"Nambu tuvo las extraordinarias ideas básicas. Los otros dos se encargaron luego de un problema irresoluto", dijo Lars Brink, del Comité Nobel.

Los trabajos de Kobayashi y Maskawa, sin embargo, no pueden explicar por qué después del Big Bang sobró algo de materia.

Respuestas a esta pregunta esperan obtener los científicos del nuevo acelerador de partículas, el gran colisionador de hadrones ("Large Hadron Collider", LHC), del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra.

Con este aparato de investigación, el más grande jamás construido por el hombre, los físicos esperan acercarse a las condiciones reinantes durante la explosión inicial y resolver de esta manera el enigma alrededor de nuestra existencia.

Edymar Gonzalez A
19.502.773
CRF

http://www.elpais.co.cr/TECNOLOGIA/1008209.html

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